El ser humano siempre se ha empeñado en buscar respuestas, hasta en donde la solución parece tan simple se ahogan en un vaso de agua creyendo que hay más. Y lo peor no es esto, si no que, mezclado a ello, son egoístas, siempre pensando en ser únicos, y tal vez por ello en nuestra generación están aquellas "afirmaciones" de que somos la versión más avanzada de nosotros mismos en la línea de tiempo, pero, en mi opinión, somos los más estupidos, perdimos la cultura y la tradición por moda, dejamos de conectarnos con la naturaleza para matarla, dejamos de sentirnos parte de la tierra para explotarla, contaminarla y agredirla hasta el punto de que nos pide perdón sin saber que ha hecho... Construimos máquinas, alegamos que con ello somos más inteligentes, por lo contrario, estamos sucumbiendo a la ignorancia, porque dejamos que estos artefactos que nos brindan "comodidad" nos sumerja en la incertidumbre mental.
En aquellos tiempos en donde esta generación dice que éramos más ignorantes, creo que éramos más inteligentes, porque sabíamos complementarnos con el mundo, convivir con los animales, dejar que las estrellas nos guiaran, leíamos más libros significativos y si no es así, ¿cómo es posible que nuestros ancestros fueron capaces de predecir el futuro con tanta asertividad? ¿Cómo es posible que ellos pudiesen descubrir que el tiempo se cuantifica en horas, la duración de cada estación en meses y finalmente que cada ciclo de 4 estaciones diera en total lo que llamamos "año"? Nos parecen cosas simples, porque ya las sabemos, pero en aquellos tiempos donde el reloj no existía pudo haber infinidades de ensayos y error para lograr descubrir lo que ahora nos parece inutil; también quellas majestuosas pirámides de las cuales aún no estamos seguros de cómo pudieron mover toneladas de piedra, y sin embargo apilarlos geométricamente perfecto y en línea? Estos antepasados no tuvieron la posibilidad de una tecnología electrónica, pero esto les ayudó a ser más inteligentes, a leer, investigar, abrir sus mentes a algo más, quizás ellos ya descubrieron lo que nosotros jamás llegaremos a descubrir, nuestra generación ha sido la más mediocre, sólo ocupándose de tomarse "selfies" y presos de la opinión social, y de la aceptación de la masa invisible, si, masa invisible, porque fuera de esa pantalla que te encadena todos los sentimientos de seguridad y autoestima, no son nadie, solo varios perfiles cyberneticos igual que el tuyo, no les interesa realmente si eres inteligente, o si eres una persona valiosa, solo la belleza que es pasajera y los chismes que no son verdad. Ya no somos inteligentes, ya nos da igual el valor de la vida, no nos ocupamos en hacer verdaderas relaciones sociales, no fomentamos ya el arte, la escritura, la buena literatura, ahora solo son un montón de idiotas que sienten que son unos masters leyendo cincuenta sombras de Grey y citando a Paulo Cohelo... Porque si no fuera así, allá afuera cesaría la competencia de los cretinos por ver quién caza más animales, entre más exóticos y en peligro de extinción mejor, y también acabaría la avaricia de las naciones que permiten la exterminación de una raza por riqueza, seríamos más centrados, más conscientes, solidarios, sabios.
Esto es lo que pasa cuando el ser humano se cree el principio de todo, y superiores a todo, ya no creen que están dentro de la cadena alimenticia y el ciclo natural, hasta este mismo sentimiento de superioridad los ha llevado a exclavizar a otros de su misma especie, aquellos que poseen mayor egoísmo y avaricia no les conviene que tu nivel intelectual sea superior, por lo tanto, sus grandes inventos tecnológicos con los que te esclavizan, en realidad sólo desean tapar toda aquella inteligencia y creatividad de otros humanos para así poderlos controlar mejor, porque como existe un dicho, la masa es más fácil de manejar cuando es ignorante, porque aquel que sabe, es capaz de moldearlos a su antojo, ya que los que no, no poseen otro conocimiento que no sea el que les brinda ese "líder"... Pero tarde o temprano se darán cuenta de que inevitablemente se encuentran en la cadena natural, y que toda la sangre que han derramado por diversión pronto será su propia calumnia, y cuando eso pase ya será tarde... Ya no será la tierra y todos sus bienes naturales quienes pedirán perdón sin saber lo que han hecho, serán los mismos humanos, preguntándose qué habrán hecho para merecer esto, sin recordar o si quiera conectar la verdadera razón de todo este desastre.
Un baúl de pensamientos...
Abre tu mente y deja volar tu imaginación.
domingo, 3 de abril de 2016
Enamorarse.
Parece una palabra tan complicada, la mayoría de las masas sociales creen que éste concepto se aplica bajo ciertas reglas o algún régimen para determinarse como tal, o por lo menos que se moldee a su ideal más cercana de lo que ellos entienden por amor.
El amor se expresa de distintas maneras, pero al fin y al cabo, terminan teniendo una similitud: la locura. No alego que mi concepto sobre el verdadero enamoramiento sea el único y universal aprobada por la RAE, pero es una opinión, un concepto que yo misma creé de esta curiosa palabra por cosas que aprendí y que descubrí, por cosas a las que no les había visto la otra cara de la situación y que creo, algunos que lean esta nota, pueden sentirse identificadas con mi manera de pensar o simplemente irán a las criticas negativas, cabiendo destacar que me valen una mierda porque aunque no esté de acuerdo respeto esos "prototipos" o "utopias" que se han creado a cerca del enamoramiento por parte de la sociedad, así que espero que ellos también respeten la mía aunque no cabe dudas de que siempre habrá alguien queriéndote llevar la contraria y si le es posible, cambiar tu manera de pensar para que se asemeje a la de ella... Y les digo que, el día que UNA IDEA SEA IGUAL A LA OTRA, no existirá la diversidad o aquella persona no posee personalidad... Las ideas ajenas pueden identificar algunas partes de tu personalidad, pero jamás ser completamente la que determine quien eres.
Bien, para comenzar, les pondré un ejemplo ya que así se entiende mejor.
¿Qué diferencia hay entre un "pintor" y un "artista"? Dejen de elaborar conceptos profesionales, nos iremos por lo más sencillo. Un pintor es aquella persona encargada de realizar trabajos de pintura conforme a los requisitos que les dé el cliente que los contrató (que si fondo celeste con líneas blancas o trazados verde esmeralda, que el amarillo no va con el gris, etc), siguen determinadas reglas para determinados trazados y sólo conocen una manera muy básica y neutral de pintar por las exigencias que les da su clientela, en cambio, un artista es aquel que combina colores y texturas según su preferencia, nadie les dice cómo hacerlo o qué hacer para que quede bien ya que puede expresarse como quieran. Se estarán preguntando que qué demonios tiene que ver las pinturas con el amor, oh, tienen mucho que ver... Imagínense que la persona que contrata al pintor, son de esas personas con los, digamos, "requisitos" que le colocan al amor "que no sea muy cursi, porque vómito pero tiene que ser detallista, etc" y el pintor es el amor... La persona que contrató al pintor nunca estará conforme con el trabajo que él le presente, aunque sea producto de sus propias ideas de exigencia, ya que las personas nunca estamos conformes, siempre queremos más o pensamos que de otra manera sería mejor, aunque la idea principal también haya salido de su propia cabeza, esa persona empieza a exigirle más al pintor, el pintor, por hacer que su cliente quede conforme, cambia los detalles, y vuelve a cambiar y VUELVE OTRA VEZ, hasta que se cansa de aquel cliente que se queja de todo y le recomienda que se busque a otra persona que haga mejor el trabajo, ésta persona se molesta, piensa que la culpa es del pintor que lo hace mal y no ha pensado en todas las veces que le hizo cambiar un color por una maldita indecisión. Por otro lado está el artista, amante de su trabajo, sin presiones ni exigencias, sólo están él, sus pinturas, sus pinceles y su lienzo, si le provoca, puede hacer un garabato y para él será hermoso... Trazos extraños, colores mezclados sin significado, retratos defectuosos y hasta manchones desiguales por pinturas salpicadas, pero amará con locura esas ideas, porque salieron de manera espontánea y luego las plasmó sin miedo, sin reglas... Ok, detengámonos aquí... Así, exactamente como los pintores pasa con el amor que he observado por mucho tiempo, las personas dicen estar enamoradas con los prospectos que pautaron para creer que el verdadero amor debe ser de esa manera, y luego quedan inconformes y vuelven a agregar otros requisitos más, y así, hasta que el enamoramiento se vuelve una rutina que conlleva al aburrimiento, se termina la relación, sufren, le echan la culpa al amor y la próxima vez, agregan otros prospectos (el siguiente no podrá ser así, tiene que ser menos celoso, más romántico PERO no meloso), sin darse cuenta que demasiadas exigencias es lo que hace daño, ya que la otra persona que quiera estar contigo sólo viene a ofrecerte sus sentimientos, no es un robot programado con lo que tu desees para no pasar disgustos con algunos defectos, otras veces rechazas a alguien que podría ser el amor de tu vida sólo porque no cumple con los requisitos. Por otro lado, el artista es como aquel enamoramiento del que aprendí, aquel amor que no le importa ser desigual a su pareja, que no le importa los defectos ni coloca prospectos tipo "si es meloso no me gusta" aunque no lo haya probado, es de aquellos amores locos que expresan cursilerías en público, y los "clientes" se espantan al ver que no se rigen a las condiciones que ellos tienen para enamorarse, y no se dan cuenta de que al no colocar reglas el amor es libre de volar como le plazca y la relación será más próspera, porque sin importar cómo sea o lo que sea, lo amas igual, porque así te enamoraste de ese cuadro, desigual, con diversos colores que denotan una locura cromática y que nunca te cansarás de él porque lo aceptaste tal y como vino a ti, sin ponerle ataduras.
El amor se expresa de distintas maneras, pero al fin y al cabo, terminan teniendo una similitud: la locura. No alego que mi concepto sobre el verdadero enamoramiento sea el único y universal aprobada por la RAE, pero es una opinión, un concepto que yo misma creé de esta curiosa palabra por cosas que aprendí y que descubrí, por cosas a las que no les había visto la otra cara de la situación y que creo, algunos que lean esta nota, pueden sentirse identificadas con mi manera de pensar o simplemente irán a las criticas negativas, cabiendo destacar que me valen una mierda porque aunque no esté de acuerdo respeto esos "prototipos" o "utopias" que se han creado a cerca del enamoramiento por parte de la sociedad, así que espero que ellos también respeten la mía aunque no cabe dudas de que siempre habrá alguien queriéndote llevar la contraria y si le es posible, cambiar tu manera de pensar para que se asemeje a la de ella... Y les digo que, el día que UNA IDEA SEA IGUAL A LA OTRA, no existirá la diversidad o aquella persona no posee personalidad... Las ideas ajenas pueden identificar algunas partes de tu personalidad, pero jamás ser completamente la que determine quien eres.
Bien, para comenzar, les pondré un ejemplo ya que así se entiende mejor.
¿Qué diferencia hay entre un "pintor" y un "artista"? Dejen de elaborar conceptos profesionales, nos iremos por lo más sencillo. Un pintor es aquella persona encargada de realizar trabajos de pintura conforme a los requisitos que les dé el cliente que los contrató (que si fondo celeste con líneas blancas o trazados verde esmeralda, que el amarillo no va con el gris, etc), siguen determinadas reglas para determinados trazados y sólo conocen una manera muy básica y neutral de pintar por las exigencias que les da su clientela, en cambio, un artista es aquel que combina colores y texturas según su preferencia, nadie les dice cómo hacerlo o qué hacer para que quede bien ya que puede expresarse como quieran. Se estarán preguntando que qué demonios tiene que ver las pinturas con el amor, oh, tienen mucho que ver... Imagínense que la persona que contrata al pintor, son de esas personas con los, digamos, "requisitos" que le colocan al amor "que no sea muy cursi, porque vómito pero tiene que ser detallista, etc" y el pintor es el amor... La persona que contrató al pintor nunca estará conforme con el trabajo que él le presente, aunque sea producto de sus propias ideas de exigencia, ya que las personas nunca estamos conformes, siempre queremos más o pensamos que de otra manera sería mejor, aunque la idea principal también haya salido de su propia cabeza, esa persona empieza a exigirle más al pintor, el pintor, por hacer que su cliente quede conforme, cambia los detalles, y vuelve a cambiar y VUELVE OTRA VEZ, hasta que se cansa de aquel cliente que se queja de todo y le recomienda que se busque a otra persona que haga mejor el trabajo, ésta persona se molesta, piensa que la culpa es del pintor que lo hace mal y no ha pensado en todas las veces que le hizo cambiar un color por una maldita indecisión. Por otro lado está el artista, amante de su trabajo, sin presiones ni exigencias, sólo están él, sus pinturas, sus pinceles y su lienzo, si le provoca, puede hacer un garabato y para él será hermoso... Trazos extraños, colores mezclados sin significado, retratos defectuosos y hasta manchones desiguales por pinturas salpicadas, pero amará con locura esas ideas, porque salieron de manera espontánea y luego las plasmó sin miedo, sin reglas... Ok, detengámonos aquí... Así, exactamente como los pintores pasa con el amor que he observado por mucho tiempo, las personas dicen estar enamoradas con los prospectos que pautaron para creer que el verdadero amor debe ser de esa manera, y luego quedan inconformes y vuelven a agregar otros requisitos más, y así, hasta que el enamoramiento se vuelve una rutina que conlleva al aburrimiento, se termina la relación, sufren, le echan la culpa al amor y la próxima vez, agregan otros prospectos (el siguiente no podrá ser así, tiene que ser menos celoso, más romántico PERO no meloso), sin darse cuenta que demasiadas exigencias es lo que hace daño, ya que la otra persona que quiera estar contigo sólo viene a ofrecerte sus sentimientos, no es un robot programado con lo que tu desees para no pasar disgustos con algunos defectos, otras veces rechazas a alguien que podría ser el amor de tu vida sólo porque no cumple con los requisitos. Por otro lado, el artista es como aquel enamoramiento del que aprendí, aquel amor que no le importa ser desigual a su pareja, que no le importa los defectos ni coloca prospectos tipo "si es meloso no me gusta" aunque no lo haya probado, es de aquellos amores locos que expresan cursilerías en público, y los "clientes" se espantan al ver que no se rigen a las condiciones que ellos tienen para enamorarse, y no se dan cuenta de que al no colocar reglas el amor es libre de volar como le plazca y la relación será más próspera, porque sin importar cómo sea o lo que sea, lo amas igual, porque así te enamoraste de ese cuadro, desigual, con diversos colores que denotan una locura cromática y que nunca te cansarás de él porque lo aceptaste tal y como vino a ti, sin ponerle ataduras.
lunes, 9 de septiembre de 2013
No tengas miedo a amar... (Para ti, mujer)
Siempre existirá alguien que al entrelazar sus dedos con los tuyos provoca una leve explosión en tu estómago, una liberación de endorfinas por parte del hipotálamo que es el responsable de las sensaciones com.... ¡Ay carajo! —por cierto, también es responsable de que hables de más, de cosas que luego te lamentarás por lo absurdas que son— Bueno, en fin, una explosión en tu estómago de... Mariposas en términos coloquiales, como decíamos, es un "Ése" al que no le costó nadita hacer un pequeño agujero en tu corazón para llenarlo completamente de él, te hace reír como una tarada con el simple hecho de escribir un hola... ¿¿¡¡¡HOLA!!!???, ¿qué gracia tan majestuosa esconde un "Hola"? Es obvio, todo lo que él diga te alegrará o te dará gracia; es tan fastidioso que se mete en tus pensamientos y se clava en todos, uno por uno con tinta indeleble, qué cruel es, ¿no? Y por si fuera poco, de ese don nadie terminas estúpidamente enamorada, te lo quieres come a besos y cuando lo abrazas, va, una especie de pegamento invisible hace que no puedas separarte de él; es un niño fastidioso, te hace llorar con una simple palabrita como "Adiós" y vuelve la maldita explosión en tu estómago cuando te muestra cuánto te quiere... Es aquí donde me detengo y pregunto:
—¿Por qué tiene que existir esa persona que tenga el control sobre todos mis sentimientos?—. Esa persona que odias por controlarte sin siquiera mover un sólo dedo, y piensas:
—"¡Ush!, ¡Pero qué desgraciado!, ¿Cómo se atreve?"— Y luego recuerdas de nuevo que él no está haciéndote nada, y te resignas a que lo que sucede es que amas con locura a ése ser. Pero las preguntas siguen invadiendo tu cabeza, porque ahora que te has enamorado temes a otra cosa... A varias cosas de hecho, como lo es que te lastime, que te esté engañando, que se vaya con otra... ¡Ah, peor! Que esté contigo estando con otra, que eso da como resultado la suma de las tres preocupaciones anteriores, y tu cerebro te alerta:
—"Recuerda a fulano que te dejó por la señorita prótesis perfectas, también a sutano que lo único que quiso de ti fue tu virginidad, siempre te dije que te alejaras de ellos pero no me hiciste caso, prefieres llevarte las piedras por delante por escuchar al corazón, que sigue intentándolo a pesar de estar tan lastimado"—. Pero te das cuenta que de nuevo lo estás ignorando ya que le diste una oportunidad a ese hombre para intentarlo porque temes no encontrar a nadie que se fije en ti y piensas que el primer muerto que se te cruce es el digno a tan preciada persona como tu.
Reaccionas y tratas de cerrarte, porque temes que vuelvan a lastimarte, hey, gran error, no lo hagas; deducir que si no te enamoras nadie te va a lastimar es como pensar que sin respirar vas a vivir, imposible. Cambia tu manera de ver las cosas, si te lastimó no vayas a llorarle un océano completo ni vayas a cortarte las venas como emo, (Sin ofender a las personas de esta corriente urbana), el mundo no se ha acabado, tal vez se llevó un pedacito de ti, un pedacito de tu inocencia, de tu amor, de tu confianza, que tal vez sea por eso que cada vez, confías menos, tardas más en poder amar a alguien y malinterpretas más los hechos, porque ese pedazo que completaba el cien por ciento que dabas ya no está. Pero no por eso te vas a morir, ¡Caray!, ¿Cuántos años tienes? De seguro no más de veinte, deja de pensar que no encontrarás al hombre de tu vida sólo porque no has tenido suerte hasta ahora, tal vez el problema no son los hombres, el problema eres tu, que dejas a los que de verdad darían la vida por ti como amigos y a los idiotas como candidatos para tu corazón, pero hey, siempre recuerda, si alguien te quiere, insistirá para que te des cuenta, no se esconderá en un estúpido anonimato o no tendrá el valor para decírtelo, sabrá que lo arriesga todo si te lo confiesa pero tampoco se rendirá si la respuesta es un "no" ya que los hombres sólo se enamoran una vez en sus vidas y aunque esa mujer los lastime mil veces, seguirán sin poder olvidarla, asi que de cualquier manera conseguirá que te enamores de él, y tu, chica, no seas tan pendeja, toda tu vida sin poner "pero" a otros hombres que te lastimaron demasiado y ahora es que vienes a hacerlo con alguien que podría bajarte el cielo, ¿ves que el problema eres tu?.
El corazón siempre tendrá la razón, el cerebro sólo es la parte caprichosa de ti que piensa que tener miedo y no arriesgarse es estar a salvo cuando el corazón sabe que arriesgarlo a pesar de que el juego parece no estar a tu favor de todas maneras te dejará algo de qué aprender, la vida te enseña con golpes, no con libros y exámenes que tengas que aprobar, tampoco aprenderás cohibiéndote, ¿o a caso has conseguido manejar la bicicleta sin antes haberte caído unas mil veces? Si lo has conseguido sin caerte, felicidades, eres la primera persona en el mundo que nació aprendido. Nunca digas que ya has aprendido lo suficiente, por si no lo sabes, el ser humano no deja de aprender hasta el último segundo de su vida, sólo que todo lo vuelve tan cotidiano y rutinario que pierde la emoción y la capacidad de sorprenderse por las cosas, se te perdona porque aún eres adolescente y piensas que el presente ya es una eternidad y que cuatro o cinco males de amor son suficientes para una vida de 90 años promedio. Deja de cerrarte, deja de pensar en cuánto te lastimará este hombre al que le has dado una oportunidad, es más, piensa en todo lo feliz que puedes ser a su lado, imagina cada momento especial que podrás tener junto a él y si se va, no te llenes de rabia, llenate de alegría porque tuviste la oportunidad de vivir muchas cosas que otros no han tenido la suerte ni el tiempo de tenerlas, toma el fin de la relación y reflexiona... (sé lo dificil que es no pensar en el dolor en esos momentos, pero créeme, no es imposible... Te lo aconseja una persona que lo ha logrado).
El hombre que de verdad te quiera no se irá tan fáclmente, y si se llega a marchar se llevara consigo otro pedacito de tu amor, tu inocencia y tu confianza, pero a diferencia de otros, él también dejará esas cosas en ti, te llenarán, te harán cambiar y te darás cuenta de que al arriesgarte también puedes ganar, pueden separarse, pero cada quien tendrá dentro de si algo del otro, y cuando esto ocurra, Felicidades, encontraste a una persona que te merecía, una persona correcta, una persona que te hizo madurar...una persona que llegó hasta la última estación de su vida junto a ti. Él de verdad te amó cuando tu no lo hacías, te ama más de lo que imaginas y te amará siempre mientras permanezca ahí, en tus pensamientos (como lo hizo antes, clavándose en cada uno de ellos, con tinta indeleble). Recuerda, no tengas miedo, atrévete a amar, déjate enamorar, vive y descubrirás cosas hermosas que guardarás con recelo porque sabrás que esas mujeres que viven con miedo de ser lastimadas nunca lo descubrirán.
No todo es tan simple como parece.
Un
padre llega cansado del trabajo, al ver a su hijo, de unos doce años, quejarse de que no
había señal para navegar en internet decidió obsequiarle algo.
—Te daré un regalo muy especial.—Dijo el padre a su hijo.
—Tu crees
que es un simple lápiz, no le ves nada especial, pero él esconde muchos
secretos, y depende del uso que le des, este pequeño objeto puede hacer
arte; de él salen hermosos paisajes, retratos, cuentos, poesía,
historias y cartas de amor; es capaz de inmortalizar sentimientos y pensamientos, hacer
tangible el habla, pasar de siglos en siglos los conocimientos que tenga
el hombre sobre el universo. Aunque la tecnología haya avanzado tanto,
las personas prefieren una carta escrita a mano que un e-mail, aunque en
cualquier navegador es mucho más rápido conseguir información, los
pergaminos que contienen escrituras sabias plasmadas a mano siempre
tendrán más valor, los gráficos de una computadora nunca se podrán
comparar con la belleza de un dibujo hecho a grafito, ni las letras más
hermosas diseñadas en programas podrán ser competencia para una
delicada imprenta a lápiz y ni la sensación y sonido de un teclado, un bolígrafo o cuántas cosas existan para escribir se comparan con la del carbón de un lápiz que se funde en el roce sobre una hoja blanca... ¿Y sabes cuál es su mejor secreto aunque
casi nadie lo note?—Interrumpe el padre con una pregunta su explicación—
—Él
hará lo que tu quieras, no tiene opciones limitadas como cualquier
programa o software, puedes afilar su punta a tu gusto y agarrarlo de
distintas formas para lograr distintos trazos, dependerá sólo de ti y tu
imaginación hacer que éste lápiz sea especial, hacer que cada desgaste,
hasta el último trocito de carbón elaborada en forma cilíndrica y muy fina en su interior realmente valga la pena y
cuando se acabe, guárdalo, hasta que algún día lo vuelvas a tomar y
aunque otros vean absurdo el hecho de guardar un "tonto lápiz", para ti no será sólo un simple lápiz, será el que fue tu compañero de
lágrimas en las noches de despecho que hacían fluir de él poesía pura, el único que pudo plasmar en una hoja lo que tenías en tu mente y
que no conseguías en ningún otro lado, él fue quien hizo que tus ideas
nacieran en algo tangible y se inmortalizaran, entre muchas otras cosas más...
A veces las cosas no son tan simples e insignificantes como todo el
mundo las ve, sólo basta observar desde otra perspectiva para darse cuenta
de lo grande que es. Un aparente insignificante objeto como lo es un
lápiz guarda grandes conocimientos, recuerdos, historias, amores y una
vida entera, con esto no quiero decir que la tecnología no sea
indispensable, sólo quiero que aprendas también de la belleza de algo
que, a simple vista, no parece tener nada especial.— Luego de esto su hijo lo abrazó, sonrió, tomó el lápiz y lo guardó como el tesoro más apreciado de su vida. A partir de ese entonces no volvió a ver las cosas de una manera tan simple.
—Te daré un regalo muy especial.—Dijo el padre a su hijo.
—¿qué es?— pregunta emocionado el chiquillo. El padre abre una pequeña caja, era alargada y muy angosta; saca un lápiz.
—¿Me
darás un lápiz? ¿Qué tiene de especial un simple lápiz?— resopló el
pequeño. El padre sonríe, abraza a su hijo y luego responde:

—¿cuál papá?— dice el niño con los ojos brillantes de curiosidad.
—El
hombre siempre ha pensado que el mayor descubrimiento que podría hacer
es inventar una máquina para devolver el tiempo, borrar y/o corregir
algunos errores, pero antes de que existiera cualquier aparato, sin
querer, ya había descubierto esta máquina que, a demás, podía hacerlo
desde el presente; y sí, es que el lápiz es una de las pocas cosas que
puede borrar un error que hayas cometido en el pasado y corregirlo en el
presente.—El niño mira con asombro y el padre prosigue:

sábado, 4 de mayo de 2013
Una huérfana llamada Ana.
Hola,
mi nombre es Ana y soy huérfana, no sé con exactitud que día nací, pero
sé que un señor de apellido Morton me bautizó en 1694 con este nombre.
Me gusta jugar a que soy una princesa ya que me alienta ver que son
perfectas. A veces vivo con mis amigas ya que no tengo a dónde ir, lo
hago si ellas me aceptan y la condición es que sólo puedo estar en su
cuarto, ya que es el único lugar en donde podríamos tener tiempo a solas
y privacidad para hablar. Odio los hospitales, suena irónico porque
quien me bautizó es un médico, y precisamente por él, desde que me dió
un nombre todos me alejan; muchas veces entré con
amigas y al salir, luego de unos días, empezaban a alejarse de mi, los
médicos y los padres me
llamaban mala junta cuando yo solo quería lo mejor para ellas. Bueno soy
poco social, pues exijo mucho al momento de ofrecer mi amistad, primero
la
conozco bien y luego determino si puede ser mi amiga ya que pasa lo
siguiente, he aprendido a que no todas son fieles y por otra parte
tiendo a ser muy realista cuando juego a ser princesa, y a varias no les
agrada esto, pienso que no
todas pueden ser dignas de llamarse así, si, princessa, ya que ninguna
es tan perfecta como ellas, así que sólo lo jugaba con mis amigas de
siempre, pero, por alguna razón, mi lado humanitario ha
considerado en dejar que las gorditas participen, pues ellas también
podrían llegar a ser princesas, ¿no? Igual, no todas logran serlo, en
fin,
les contaré una historia por la cual considero que no todas
pueden llamarse amigas ya que no todas entienden el significado de
perfección.
Mi nueva amiga seguía mis consejos al pie de la letra, se había hecho experta en esconder la comida, ya vomitaba sin tener que empujar sus dedos hasta el fondo de la garganta, se ejercitaba sin parar y se automutilaba las zonas que lucían excedidas de peso en su cuerpo que quería adelgazar. De vez en cuando, alguien le decía que ya estaba bien, pero yo la obligaba a ir al espejo a verse y le gritaba de nuevo que aún no estaba lista para ser princesa porque aún no era perfecta, que aún tenía gordura en su cuerpo y no escuchara las mentiras de los demás de tal manera que aprendió a verse gorda, y muchas veces, a falta de alimentos alucinaba frente al espejo con su cuerpo inicial, se iba a llorar y vomitaba. Alejandra empezó a aislarse.
Su cabello empezó a caee, sus uñas a debilitarse, su esófago se había perforado y su anemia estaba al borde, pero antes de que pensara que era malo le dije que todo era parte del sacrificio para ser perfecta, que si le preocupaba verse mal, no importaba, ya que para eso existían extensiones o pelucas, unas postizas y maquillaje, su masa muscular se redujo a piel y huesos. Fue una de las amigas más fieles que tuve, pues estuvo a punto de alcanzar la perfección, ya se sentía perfecta y las costumbres que yo le enseñé quedaron, pasé de ser una amiga a ser su estilo de vida, para todo me consultaba y siempre se veía en el espejo se sentía gorda... Ya no vivíamos la una sin la otra.
Hace
no mucho, conocí a una chica llamada Alejandra, era una chica de 16
años muy
tímida que por su contextura gruesa no tenía muchos amigos y eso me
pareció injusto, quise ayudarla. Empecé por aconsejarla sobre
dietas -sabía una manera más fácil de bajar de peso pero no podía
revelarle el secreto, ya que es algo muy íntimo-. Ella tomó mi consejo,
empezó la dieta y los ejercicios, efectivamente, bajo de peso, no mucho
pero si
lo suficiente para verse "bien", y pronto se alejó de mi; aunque aún me
parecía rellena, nunca le dije nada.
Al
cabo de unos meses, ella me buscó y nos volvimos a encontrar, Alejandra
había vuelto a engordar,
esta vez estaba pesando el doble. Me confesó que dejó la dieta y los
ejercicios porque se había estancado, ahora se sentía peor -Yo ya
sabía que esto pasaría, pues al adelgazar probó el exquisito veneno de
la atención social' y la consolé, luego nos hicimos una promesa: jamás
volvernos a separar y ahora ser amigas de verdad, amigas hasta la
muerte. Ella
me lo prometió, sin entender el por qué de las últimas palabras. Luego
de
esto, le ofrecí jugar a las princesas porque ya la consideraba mi amiga y
le expliqué que debía hacer todo lo que
yo le pidiese ya que sólo así luciría perfecta, y digna de llamarse
¨princesa¨.
Fui fuerte con ella, el primer paso ya no era hacer dieta, mi secreto
comenzaba a revelarse, si quería verse de verdad perfecta debía dejar de
comer, pues era la única manera de bajar rápidamente de peso, ella se
excusaba diciendo que no sabía cómo ocultar la comida, yo le grité, le
llamé cretina, le dije que
podía esconderla en cualquier parte, dársela al perro, tirarla a la
basura, colocarla debajo de la cama, como fuese, pero que no podía
comer; ella
obedeció, pero de vez en cuando vacilaba y se escondía a comer, pues no
aguantaba
su estómago vacío; yo sólo esperaba a que terminase de tragar y empezaba
a insultarla diciéndole lo cerda que era, lo gorda que estaba, que daba
asco, que nadie la quería, que así no era perfecta; ella lloraba y
para consolarse empezó a vomitar, pero no lo hacía adecuadamente, así
que le enseñé cómo: debía hacerlo a cierta hora de manera sincronizada,
puntual y a diario, previamente a la comida debía tomar
mucho líquido para facilitar el paso de la comida
ingerida hacia el esófago sin que se lastimara mucho. Así pasó un mes,
con mucho trabajo logré que bajara diez kilos, pero no eran suficientes,
a penas se
veía menos cerda que antes, evidentemente, lejos de la perfección, su
madre empezó a preocuparse -Qué problema con estas viejas metiches- la
quiso llevar al médico diciéndole que no la encontraba bien y que eso la
alarmaba, pero esta vez fui más astuta, la anticipé diciéndole a
Alejandra
que no tenía ningún diseque desorden alimenticio, que sólo estaba
trabajando muy duro para lucir como una princesa y que estaba dando
resultados, que por ningún motivo aceptara ir al médico porque si no,
volvería a ser gorda y asquerosa. La convencí a tal punto de hacerle
creer que su
madre era su enemiga y que no la comprendía. Alejandra empezó a
desarrollar una conducta agresiva-defensiva.
Mi nueva amiga seguía mis consejos al pie de la letra, se había hecho experta en esconder la comida, ya vomitaba sin tener que empujar sus dedos hasta el fondo de la garganta, se ejercitaba sin parar y se automutilaba las zonas que lucían excedidas de peso en su cuerpo que quería adelgazar. De vez en cuando, alguien le decía que ya estaba bien, pero yo la obligaba a ir al espejo a verse y le gritaba de nuevo que aún no estaba lista para ser princesa porque aún no era perfecta, que aún tenía gordura en su cuerpo y no escuchara las mentiras de los demás de tal manera que aprendió a verse gorda, y muchas veces, a falta de alimentos alucinaba frente al espejo con su cuerpo inicial, se iba a llorar y vomitaba. Alejandra empezó a aislarse.
Su cabello empezó a caee, sus uñas a debilitarse, su esófago se había perforado y su anemia estaba al borde, pero antes de que pensara que era malo le dije que todo era parte del sacrificio para ser perfecta, que si le preocupaba verse mal, no importaba, ya que para eso existían extensiones o pelucas, unas postizas y maquillaje, su masa muscular se redujo a piel y huesos. Fue una de las amigas más fieles que tuve, pues estuvo a punto de alcanzar la perfección, ya se sentía perfecta y las costumbres que yo le enseñé quedaron, pasé de ser una amiga a ser su estilo de vida, para todo me consultaba y siempre se veía en el espejo se sentía gorda... Ya no vivíamos la una sin la otra.
Una
mañana se desmayó, producto de dos días consecutivos de ayuuna y cuatro
horas de ejercitación forzosa sin parar. Al abrir los ojos se
encontraba en el hospital, se horrorizó tal como yo le había
enseñado, estaba convencida de que no tenía problemas de salud, que sólo
eran sacrificios para ser perfecta, el médico reflejaba en su rostro
profunda tristeza mientras miraba sus exámenes y su madre lloraba
mientras yo permanecía ahí, a su lado, ella comenzó a llorar y
me preguntó que por qué le pasaba todo esto, yo sólo callaba, y
finalmente, con sus últimas fuerzas, me
preguntó si ahora era hermosa, y yo la miré y le dije "Cariño, siempre
fuiste hermosa, pero confundiste la belleza con perfección". Su respiración cesó y su
corazón dejo de latir.
Este es mi secreto, yo escojo como amigas a las chicas que pretenden
ser perfectas, no hermosas, porque hermosas son todas las mujeres, pero
ninguna es perfecta, y si alguna lo fuese físicamente, esta vida no tendría sentido.
martes, 26 de marzo de 2013
La Bella y la Bestia.
Sentía
que conocía a aquel hombre como si fuese hace siglos, de alguna manera
lo aborrecía, una señorita de su clase no podría congeniar con tal
animal con cara deforme; pero sus conversaciones célebres y temas
extraordinarios pedían a gritos que se quedase, una parte de su alma
susurraba en el silencio de su habitación que le extrañaba, mientras que el
corazón ya lo había aceptado y el cerebro recordaba sus caprichos
superficiales. En sus encuentros cortos, donde charlaban de filosofía,
poco a poco se habían convertido en días y noches eternas, la amistad
que hubo naciendo agregaba odio por su apariencia y, a la vez, empujaba el amor; su cara ya
no le parecía deforme y, sin saberlo, la bella se había enamorado de
aquella bestia. Ella empezó a recordar lo delicioso que era amar y
aquellos temores a tal sentimiento que retumbaban con tanta acentuación
ahora pasaban al olvido.
Llegaron varias veces a tumbarse en la cama, a mordisquearse los labios y a jugar con sus lunares, pero él nunca se atrevió a romper la intimidad. Por primera vez ella se sentía feliz, no le quedaba el amargo dolor como siempre, si no, más ansiedad a la espera de su reencuentro, euforia con cada minuto que pasaba. Él parecía diferente, un hombre tímido y decente, nunca hablaba de más, ni trataba de impresionarla con palabras o bienes materiales. Pero esto no era suficiente para ella, sentía que faltaba algo, una especie de eslabón para que todo fuese perfecto y sabía exactamente lo que era, su cara; Aquel rostro marcado con cicatrices surcadas de historias pasadas, historias que el ocultaba y no quería revelar. Su deformidad era más prominente con la luz del alba, pero eso no era obstáculo para amarlo, si, ya comenzaba a amarlo, con cada rincón más íntimo de su ser.
En un anochecer, luego de varios meses entrelazando sentimientos y moldeando el corazón, ella por primera vez estuvo en su máximo pudor, él pudo contemplar en la oscuridad la sombra que producía la luz de la luna reflejada en su piel de marfil aquella silueta tan magnífica como la melodía de un soneto de Beethoven, sus manos temblorosas hicieron contacto con su piel y sintió vergüenza, ya que, sin darse cuenta, el también estaba desnudo, y su miembro viril pasó de ser pequeño a un animal inmenso, ella también miraba con una curiosidad tímida, pero ya no importaba, él se acercó lentamiente y la fue besando apasionadamente con un toque de dulzura, sus dedos exploraban sus senos firmes, bajando hasta sus glúteos y reposaban en su virginidad húmeda, lentamente se acostaron en la cama y seguían besándose, él hizo una pausa y bajo hacia su vientre, ella se resistió por unos segundos hasta que se dejo llevar por aquella sensación que producía su clítoris estimulado, era su primera vez, gemía y reía, se convencía de estar feliz de nuevo, y sin darse cuenta él volvía a estar encima de ella, frotando su miembro contra ella, y entonces, entró en pánico, pero él la tranquilizó y lentamente la penetró, aquello le asustaba y a la vez le gustaba, era una sensación inexplicable, afuera podría estar a tantos grados bajo cero y sin embargo sentía calor, sentía como el miembro de aquel hombre que la hizo mujer rozaba contra su pared vaginal, produciendo una especie de placer inexorable, pensó un poco en los temores que le comentaban sobre el dolor, pero aquel hombre se había entregado a ella dócilmente, ella le pedía más, había quedado hambrienta, suplicaba con aliento agitado que la penetrara con más rapidez, ambos jadeaban y pasó del placer al clímax y luego, su primer orgasmo, que hacía que su cuerpo temblara y retorciera de regocijo, recordaba otra vez que era feliz, había olvidado por completo todos sus temores sobre aquel sentimiento, pero, de pronto, se sintió ahogada, empezó a deseperarse y trataba de separarse del hombre, pero éste la presionaba con más fuerza, su frágil cuerpo no podía escapar de aquellos brazos tan fornidos y él, consumido por la excitación, no prestaba atención a ella que se asfixiaba. Sofía se sentía débil, muy pronto el sueño la abrazaba, pero aún resistía, sabía que si cerraba los ojos así como la luz de alguna estrella en el cielo que ha muerto hace años pero que su luz sigue viajando en el tiempo se iría junto con su respiración, soportó varios segundos más, pensando en cuánto se había equivocado, que la suerte o cupido nunca estuvo de su lado, pensó en aquel hombre, que seguía con su virilidad dentro de ella, lo detestaba por hacerle esto, por no escucharla, por haberle prometido tanto; se preguntaba por qué no reaccionaba a sus pataleos e intentos de zafarse, seguía pensando hasta que su cuerpo poco a poco dejó de moverse, sus latidos latidos se hicieron débiles y, en su ultimo aliento, la muerte se la llevo tan rápido como la luz del sol tocaba las primeras colinas anunciando el amanecer.
Aquel hombre la había asfixiado con un alambre ajustado a su cuello, padecía desórdenes mentales que consistía en conseguir la excitación máxima mediante la muerte de sus víctimas, he ahí la razón de sus cicatrices, alguna chica en el pasado, así como Sofía habría muerto de una manera más terrible, con ácido sulfúrico quemándole el cuerpo y que, por un pequeño accidente salpicó unas gotas en su rostro.
Llegaron varias veces a tumbarse en la cama, a mordisquearse los labios y a jugar con sus lunares, pero él nunca se atrevió a romper la intimidad. Por primera vez ella se sentía feliz, no le quedaba el amargo dolor como siempre, si no, más ansiedad a la espera de su reencuentro, euforia con cada minuto que pasaba. Él parecía diferente, un hombre tímido y decente, nunca hablaba de más, ni trataba de impresionarla con palabras o bienes materiales. Pero esto no era suficiente para ella, sentía que faltaba algo, una especie de eslabón para que todo fuese perfecto y sabía exactamente lo que era, su cara; Aquel rostro marcado con cicatrices surcadas de historias pasadas, historias que el ocultaba y no quería revelar. Su deformidad era más prominente con la luz del alba, pero eso no era obstáculo para amarlo, si, ya comenzaba a amarlo, con cada rincón más íntimo de su ser.
En un anochecer, luego de varios meses entrelazando sentimientos y moldeando el corazón, ella por primera vez estuvo en su máximo pudor, él pudo contemplar en la oscuridad la sombra que producía la luz de la luna reflejada en su piel de marfil aquella silueta tan magnífica como la melodía de un soneto de Beethoven, sus manos temblorosas hicieron contacto con su piel y sintió vergüenza, ya que, sin darse cuenta, el también estaba desnudo, y su miembro viril pasó de ser pequeño a un animal inmenso, ella también miraba con una curiosidad tímida, pero ya no importaba, él se acercó lentamiente y la fue besando apasionadamente con un toque de dulzura, sus dedos exploraban sus senos firmes, bajando hasta sus glúteos y reposaban en su virginidad húmeda, lentamente se acostaron en la cama y seguían besándose, él hizo una pausa y bajo hacia su vientre, ella se resistió por unos segundos hasta que se dejo llevar por aquella sensación que producía su clítoris estimulado, era su primera vez, gemía y reía, se convencía de estar feliz de nuevo, y sin darse cuenta él volvía a estar encima de ella, frotando su miembro contra ella, y entonces, entró en pánico, pero él la tranquilizó y lentamente la penetró, aquello le asustaba y a la vez le gustaba, era una sensación inexplicable, afuera podría estar a tantos grados bajo cero y sin embargo sentía calor, sentía como el miembro de aquel hombre que la hizo mujer rozaba contra su pared vaginal, produciendo una especie de placer inexorable, pensó un poco en los temores que le comentaban sobre el dolor, pero aquel hombre se había entregado a ella dócilmente, ella le pedía más, había quedado hambrienta, suplicaba con aliento agitado que la penetrara con más rapidez, ambos jadeaban y pasó del placer al clímax y luego, su primer orgasmo, que hacía que su cuerpo temblara y retorciera de regocijo, recordaba otra vez que era feliz, había olvidado por completo todos sus temores sobre aquel sentimiento, pero, de pronto, se sintió ahogada, empezó a deseperarse y trataba de separarse del hombre, pero éste la presionaba con más fuerza, su frágil cuerpo no podía escapar de aquellos brazos tan fornidos y él, consumido por la excitación, no prestaba atención a ella que se asfixiaba. Sofía se sentía débil, muy pronto el sueño la abrazaba, pero aún resistía, sabía que si cerraba los ojos así como la luz de alguna estrella en el cielo que ha muerto hace años pero que su luz sigue viajando en el tiempo se iría junto con su respiración, soportó varios segundos más, pensando en cuánto se había equivocado, que la suerte o cupido nunca estuvo de su lado, pensó en aquel hombre, que seguía con su virilidad dentro de ella, lo detestaba por hacerle esto, por no escucharla, por haberle prometido tanto; se preguntaba por qué no reaccionaba a sus pataleos e intentos de zafarse, seguía pensando hasta que su cuerpo poco a poco dejó de moverse, sus latidos latidos se hicieron débiles y, en su ultimo aliento, la muerte se la llevo tan rápido como la luz del sol tocaba las primeras colinas anunciando el amanecer.
Aquel hombre la había asfixiado con un alambre ajustado a su cuello, padecía desórdenes mentales que consistía en conseguir la excitación máxima mediante la muerte de sus víctimas, he ahí la razón de sus cicatrices, alguna chica en el pasado, así como Sofía habría muerto de una manera más terrible, con ácido sulfúrico quemándole el cuerpo y que, por un pequeño accidente salpicó unas gotas en su rostro.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Una Semilla

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