El amor se expresa de distintas maneras, pero al fin y al cabo, terminan teniendo una similitud: la locura. No alego que mi concepto sobre el verdadero enamoramiento sea el único y universal aprobada por la RAE, pero es una opinión, un concepto que yo misma creé de esta curiosa palabra por cosas que aprendí y que descubrí, por cosas a las que no les había visto la otra cara de la situación y que creo, algunos que lean esta nota, pueden sentirse identificadas con mi manera de pensar o simplemente irán a las criticas negativas, cabiendo destacar que me valen una mierda porque aunque no esté de acuerdo respeto esos "prototipos" o "utopias" que se han creado a cerca del enamoramiento por parte de la sociedad, así que espero que ellos también respeten la mía aunque no cabe dudas de que siempre habrá alguien queriéndote llevar la contraria y si le es posible, cambiar tu manera de pensar para que se asemeje a la de ella... Y les digo que, el día que UNA IDEA SEA IGUAL A LA OTRA, no existirá la diversidad o aquella persona no posee personalidad... Las ideas ajenas pueden identificar algunas partes de tu personalidad, pero jamás ser completamente la que determine quien eres.
Bien, para comenzar, les pondré un ejemplo ya que así se entiende mejor.
¿Qué diferencia hay entre un "pintor" y un "artista"? Dejen de elaborar conceptos profesionales, nos iremos por lo más sencillo. Un pintor es aquella persona encargada de realizar trabajos de pintura conforme a los requisitos que les dé el cliente que los contrató (que si fondo celeste con líneas blancas o trazados verde esmeralda, que el amarillo no va con el gris, etc), siguen determinadas reglas para determinados trazados y sólo conocen una manera muy básica y neutral de pintar por las exigencias que les da su clientela, en cambio, un artista es aquel que combina colores y texturas según su preferencia, nadie les dice cómo hacerlo o qué hacer para que quede bien ya que puede expresarse como quieran. Se estarán preguntando que qué demonios tiene que ver las pinturas con el amor, oh, tienen mucho que ver... Imagínense que la persona que contrata al pintor, son de esas personas con los, digamos, "requisitos" que le colocan al amor "que no sea muy cursi, porque vómito pero tiene que ser detallista, etc" y el pintor es el amor... La persona que contrató al pintor nunca estará conforme con el trabajo que él le presente, aunque sea producto de sus propias ideas de exigencia, ya que las personas nunca estamos conformes, siempre queremos más o pensamos que de otra manera sería mejor, aunque la idea principal también haya salido de su propia cabeza, esa persona empieza a exigirle más al pintor, el pintor, por hacer que su cliente quede conforme, cambia los detalles, y vuelve a cambiar y VUELVE OTRA VEZ, hasta que se cansa de aquel cliente que se queja de todo y le recomienda que se busque a otra persona que haga mejor el trabajo, ésta persona se molesta, piensa que la culpa es del pintor que lo hace mal y no ha pensado en todas las veces que le hizo cambiar un color por una maldita indecisión. Por otro lado está el artista, amante de su trabajo, sin presiones ni exigencias, sólo están él, sus pinturas, sus pinceles y su lienzo, si le provoca, puede hacer un garabato y para él será hermoso... Trazos extraños, colores mezclados sin significado, retratos defectuosos y hasta manchones desiguales por pinturas salpicadas, pero amará con locura esas ideas, porque salieron de manera espontánea y luego las plasmó sin miedo, sin reglas... Ok, detengámonos aquí... Así, exactamente como los pintores pasa con el amor que he observado por mucho tiempo, las personas dicen estar enamoradas con los prospectos que pautaron para creer que el verdadero amor debe ser de esa manera, y luego quedan inconformes y vuelven a agregar otros requisitos más, y así, hasta que el enamoramiento se vuelve una rutina que conlleva al aburrimiento, se termina la relación, sufren, le echan la culpa al amor y la próxima vez, agregan otros prospectos (el siguiente no podrá ser así, tiene que ser menos celoso, más romántico PERO no meloso), sin darse cuenta que demasiadas exigencias es lo que hace daño, ya que la otra persona que quiera estar contigo sólo viene a ofrecerte sus sentimientos, no es un robot programado con lo que tu desees para no pasar disgustos con algunos defectos, otras veces rechazas a alguien que podría ser el amor de tu vida sólo porque no cumple con los requisitos. Por otro lado, el artista es como aquel enamoramiento del que aprendí, aquel amor que no le importa ser desigual a su pareja, que no le importa los defectos ni coloca prospectos tipo "si es meloso no me gusta" aunque no lo haya probado, es de aquellos amores locos que expresan cursilerías en público, y los "clientes" se espantan al ver que no se rigen a las condiciones que ellos tienen para enamorarse, y no se dan cuenta de que al no colocar reglas el amor es libre de volar como le plazca y la relación será más próspera, porque sin importar cómo sea o lo que sea, lo amas igual, porque así te enamoraste de ese cuadro, desigual, con diversos colores que denotan una locura cromática y que nunca te cansarás de él porque lo aceptaste tal y como vino a ti, sin ponerle ataduras.
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